El cerebro del lenguaje: diferencias entre lenguaje, lengua y habla desde la neurociencia
El ser humano es la única especie capaz de generar lenguaje complejo, organizarlo en sistemas llamados lenguas y concretarlo en habla individual. Estas distinciones clásicas de la lingüística también encuentran correlatos en el cerebro: distintas redes neuronales y áreas corticales participan de manera diferenciada en cada proceso. Comprenderlas nos permite ver cómo el sistema nervioso hace posible la comunicación humana y por qué somos distintos a otras especies.
Lenguaje: la facultad universal y sus bases cerebrales
El lenguaje entendido como facultad universal se sustenta en una red distribuida que involucra:
- Área de Broca (corteza frontal inferior izquierda), clave en la sintaxis y en la planificación gramatical.
- Área de Wernicke (corteza temporal posterior izquierda), central para la comprensión semántica.
- Fascículo arqueado, que conecta ambas áreas y permite integrar la producción y comprensión.
- Ganglios basales y cerebelo, que participan en la secuenciación y en el ritmo del lenguaje.
A nivel evolutivo, aunque algunos primates muestran rudimentos de comunicación simbólica, carecen de estas conexiones especializadas y de la capacidad de recursividad que caracteriza al lenguaje humano (Fitch, 2017).
La lengua: organización social en el cerebro
Una lengua (como el español o el inglés) implica la interiorización de un sistema particular de signos y reglas. En el cerebro, esta dimensión se apoya en:
- Regiones temporales medias para almacenar vocabulario específico.
- Áreas frontales dorsolaterales implicadas en la memoria de trabajo verbal y en la aplicación de reglas gramaticales.
- Corteza angular y supramarginal, que integran la información lingüística con otros dominios cognitivos.
De este modo, cada lengua que aprendemos se inscribe en redes neuronales que amplían la plasticidad cortical y permiten que el mismo cerebro organice distintos sistemas lingüísticos (Li & Grant, 2016).
El habla: ejecución individual del sistema
El habla es la realización concreta de la lengua. Aquí intervienen no solo las áreas del lenguaje abstracto, sino también regiones motoras:
- Corteza motora primaria y premotora, encargadas de coordinar labios, lengua y cuerdas vocales.
- Corteza prefrontal, que regula la intención comunicativa y el control inhibitorio.
- Cerebelo y tronco encefálico, que ajustan la precisión articulatoria y la prosodia.
El habla, por tanto, combina lo lingüístico con lo motor, siendo una muestra de cómo el lenguaje se vuelve acción.
Referencias
- Fitch, W. T. (2017). Empirical approaches to the study of language evolution. Psychonomic Bulletin & Review, 24(1), 3–33. https://doi.org/10.3758/s13423-017-1236-5
- Friederici, A. D. (2017). Language in our brain: The origins of a uniquely human capacity. MIT Press.
- Hagoort, P. (2019). The neurobiology of language beyond single-word processing. Science, 366(6461), 55–58. https://doi.org/10.1126/science.aax0289
- Li, P., & Grant, A. (2016). Second language learning success and cognitive control: The role of language learning experience. Cognitive Science, 40(4), 1004–1034. https://doi.org/10.1111/cogs.12284
- Poeppel, D., & Hickok, G. (2015). Towards a new functional anatomy of language. Cognition, 135, 80–85. https://doi.org/10.1016/j.cognition.2014.12.002
- Pulvermüller, F. (2018). Neural reuse of action perception circuits for language, concepts and communication. Progress in Neurobiology, 160, 1–44. https://doi.org/10.1016/j.pneurobio.2017.07.001
- Tomasello, M. (2020). The adaptive origins of uniquely human sociality. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 375(1803), 20190493. https://doi.org/10.1098/rstb.2019.0493
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