¿Cómo surgió la mente humana? La evolución de nuestra capacidad cognitiva

La mente humana es una de las maravillas de la naturaleza. Nos permite pensar, sentir, imaginar, crear, comunicarnos y mucho más. Pero, ¿cómo se originó esta facultad tan extraordinaria? ¿Qué nos diferencia de otros seres vivos que también tienen mente? ¿Qué funciones tiene nuestra mente y por qué es importante entenderla? Vamos a responder a estas preguntas basándonos en los últimos avances científicos sobre el tema.

La mente humana como producto de la evolución

La visión científica del origen de la mente humana se basa en la teoría de la evolución por selección natural, propuesta por Charles Darwin en el siglo XIX. Según esta teoría, todas las especies vivas descienden de un antepasado común y se han adaptado a su entorno a lo largo de millones de años mediante variaciones aleatorias y heredables que favorecen su supervivencia y reproducción.

La mente humana no es una excepción. Somos el resultado de un largo proceso evolutivo que nos ha dotado de unas capacidades cognitivas únicas en el reino animal. Nuestra especie actual, Homo sapiens sapiens, pertenece al género Homo, que se separó del linaje de los chimpancés hace unos 6 o 7 millones de años en África. Desde entonces, hemos divergido de otras especies del género Homo, como el Homo erectus, el Homo neanderthalensis o el Homo floresiensis, que se extinguieron hace miles o decenas de miles de años.

Pero, ¿qué nos hizo diferentes? ¿Qué cambios ocurrieron en nuestro cerebro y en nuestro comportamiento para dar lugar a la mente humana tal y como la conocemos hoy en día?

Los cambios anatómicos y fisiológicos del cerebro humano

Uno de los cambios más evidentes que distinguen al cerebro humano del de otros primates es su tamaño. El cerebro humano pesa alrededor de 1,4 kg y tiene un volumen de unos 1.400 cm³, lo que supone el 2% del peso corporal y el 20% del consumo energético. En comparación, el cerebro de un chimpancé pesa unos 400 g y tiene un volumen de unos 400 cm³.

Pero no solo el tamaño importa. El cerebro humano también tiene una mayor complejidad estructural y funcional que el de otros animales. Por ejemplo, tiene una mayor proporción de corteza cerebral, la capa externa del cerebro donde se realizan las funciones cognitivas superiores, como el lenguaje, la memoria o el razonamiento. Dentro de la corteza cerebral, hay áreas especializadas para distintas tareas, como el área de Broca para la producción del habla o el área de Wernicke para la comprensión del lenguaje.

Además, el cerebro humano tiene una mayor conectividad entre sus distintas regiones, lo que facilita la integración y coordinación de la información. Por ejemplo, tiene un cuerpo calloso más grueso que el de otros primates, lo que permite una mayor comunicación entre los dos hemisferios cerebrales. También tiene una mayor densidad de neuronas espejo, que son células nerviosas que se activan tanto cuando realizamos una acción como cuando observamos a otro hacerla. Estas neuronas juegan un papel clave en la imitación, el aprendizaje social y la empatía.

Los cambios culturales y sociales del comportamiento humano

Pero no solo el cerebro humano ha evolucionado a lo largo del tiempo. También lo ha evolucionado nuestro comportamiento, que refleja nuestra capacidad mental. Los humanos somos capaces de realizar actividades que ningún otro animal puede hacer, como fabricar herramientas complejas, pintar cuevas, escribir libros o inventar máquinas.

Estas actividades son posibles gracias a nuestra cultura, es decir, al conjunto de conocimientos, creencias, valores y costumbres que compartimos con otros miembros de nuestra especie y que transmitimos de generación en generación. La cultura nos permite acumular y mejorar la información a lo largo del tiempo y adaptarnos a distintos entornos y circunstancias.

La cultura también implica una mayor interacción social entre los humanos. Somos seres sociales que vivimos en grupos más o menos amplios y complejos, donde cooperamos, competimos, nos comunicamos y nos relacionamos de diversas formas. La comunicación es fundamental para nuestra vida social, y para ello contamos con un sistema de lenguaje único en el reino animal, que nos permite expresar y comprender ideas abstractas, emociones, deseos y planes.

Las funciones básicas de la mente humana

La mente humana tiene múltiples funciones que nos permiten adaptarnos al mundo y a nosotros mismos. Algunas de estas funciones son:

• La percepción: es el proceso por el que captamos la información sensorial del entorno (vista, oído, tacto, olfato y gusto) y la interpretamos según nuestros conocimientos previos y nuestras expectativas.
• La atención: es el proceso por el que seleccionamos la información relevante para nuestros objetivos y la procesamos con mayor profundidad, ignorando la información irrelevante o distractora.
• La memoria: es el proceso por el que almacenamos, recuperamos y modificamos la información que hemos percibido y atendido. La memoria tiene distintos tipos y sistemas, como la memoria sensorial, la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo, la memoria declarativa, la memoria procedimental o la memoria de trabajo.
• El aprendizaje: es el proceso por el que adquirimos nuevos conocimientos, habilidades o actitudes a partir de la experiencia o de la instrucción. El aprendizaje implica cambios en la memoria y en el comportamiento.
• El pensamiento: es el proceso por el que manipulamos mentalmente la información para resolver problemas, tomar decisiones, generar ideas o razonar sobre distintos temas. El pensamiento puede ser convergente o divergente, deductivo o inductivo, analítico o sintético, crítico o creativo.
• El lenguaje: es el sistema de signos arbitrarios y convencionales que usamos para comunicarnos con otros o con nosotros mismos. El lenguaje tiene distintos niveles de análisis, como el fonológico, el morfológico, el sintáctico, el semántico o el pragmático.
• La emoción: es el proceso por el que experimentamos y expresamos estados afectivos ante determinados estímulos internos o externos. Las emociones tienen distintos componentes, como el fisiológico, el cognitivo, el conductual y el social. Las emociones pueden ser básicas o complejas, positivas o negativas, adaptativas o desadaptativas.
• La motivación: es el proceso por el que activamos y dirigimos nuestra conducta hacia determinados fines u objetivos. La motivación tiene distintas fuentes, como las necesidades biológicas, los incentivos externos o las metas personales. La motivación puede ser intrínseca o extrínseca, positiva o negativa.

La importancia de entender la mente humana

Entender la mente humana es una tarea fascinante y desafiante que nos puede aportar muchos beneficios. Por un lado, nos puede ayudar a conocernos mejor a nosotros mismos y a los demás, lo que puede mejorar nuestra autoestima, nuestra empatía y nuestras relaciones sociales. Por otro lado, nos puede ayudar a mejorar nuestro rendimiento académico, profesional y personal, al optimizar nuestras capacidades cognitivas y emocionales. Además, nos puede ayudar a prevenir o tratar distintos problemas psicológicos o neurológicos que afectan a nuestra salud mental.

Para entender la mente humana podemos recurrir a distintas disciplinas científicas que estudian sus aspectos biológicos (como la neurociencia), psicológicos (como la psicología cognitiva) o sociales (como la sociología). También podemos recurrir a distintas fuentes de información (como los libros, las revistas científicas o los documentales) que nos ofrecen datos actualizados y contrastados sobre el tema.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que la mente humana es un fenómeno complejo y dinámico que aún no ha sido completamente descifrado por la ciencia. Por eso debemos mantener una actitud crítica y abierta ante las distintas teorías e hipótesis que se proponen sobre su origen y funcionamiento. Así podremos seguir aprendiendo y disfrutando de esta maravillosa facultad que nos hace humanos.

El camino de nuestra web es ese: optimizar tu mente para mejorar tu vida.

Referencias

• Tattersall I (1998). Becoming human: evolution and human uniqueness. Harcourt Brace
• Diéguez, A. (2011). La evolución del conocimiento. De la mente animal a la mente humana. Biblioteca Nueva
• Benzaquen de Hevia, E. (2020).Conciencia y naturaleza: en los límites del fisicalismo. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. [online] vol.40, n.137, pp.73-91